Aumentar la productividad en la empresa constituye todo un reto. No es sencillo, pues el estrés, la ansiedad y el clima laboral muchas veces nos juegan en contra. Por otro lado, pasar más horas en el trabajo no significa que obtendremos mejores resultados. Las empresas buscan continuamente exprimir al máximo a los empleados sin éxito.
Al respecto, en los últimos años se han realizado estudios acerca de cómo obtener un mejor rendimiento laboral. La productividad está asociada a los estímulos que reciben los colaboradores en el centro de labores. Muchos factores entran en juego, pues todo inicia desde que el empleado sale de casa, con preocupaciones que luego mezcla con los problemas laborales.
El ejercicio es una de las formas de estimular a las personas en su centro de trabajo, pero no es la única. De hecho, se deja de lado otras maneras de impulsar la productividad, como una buena alimentación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 20 % de los empleados puede aumentar su rendimiento laboral siguiendo una alimentación saludable. Un bienestar físico y mental favorece en gran manera su desempeño.
“Somos lo que comemos”, reza un conocido refrán popular. Lo que comemos cada día influye en nosotros mucho más de lo que podemos imaginar. De acuerdo con Diana Rodríguez de GUIADESUPLEMENTOS, la alimentación puede revitalizar, cansar o menguar nuestro estado de ánimo. Asimismo, afirma que una dieta alta en grasas puede influir en el cansancio diurno, es decir, la sensación de adormecimiento y la necesidad de dormir durante el día. De modo que, si comemos mejor, nos sentimos mejor. Y sentirnos mejor nos ayuda a trabajar de manera óptima para que al final del día, disfrutemos de un sueño de mejor calidad.
El ciclo de buena alimentación tiene consecuencias positivas para nosotros. Mantener un hábito de comidas saludables repercutirá indudablemente de buena manera en nuestras labores domésticas y laborales. Por estos motivos, hemos elaborado una lista de consejos útiles para tener una correcta alimentación.
- Establece horarios. La recomendación es respetar nuestros horarios de comida cada día. Comer de manera desordenada genera un desequilibrio en nuestro metabolismo. Hay quienes no desayunan por llegar tarde al trabajo. Esto perjudica al organismo. Si un día desayunamos a las 7:00 y al siguiente a las 10:00, el cuerpo no sabrá a qué hora recibirá la siguiente ingestión, y condicionará todos los procesos internos. Por otra parte, si adelantamos o retrasamos nuestras comidas, tendríamos la tentación de consumir alimentos poco saludables para calmar la sensación de hambre.
- Cuidado con el azúcar. Todo lo que consumimos se convierte en azúcar, la cual ingresa al cuerpo en forma de glucosa y proporciona al cerebro la energía que necesita para estar activo. No obstante, no debemos abusar de consumir alimentos con demasiados niveles de azúcar. Tampoco es recomendable dejar pasar mucho tiempo entre comidas, pues el cuerpo hará un esfuerzo para ahorrar energía y nuestro metabolismo se ralentizará.
- Incluye snacks saludables. Es indudable que entre las comidas principales tenemos la tentación de comer algo para calmar la sensación de hambre hasta la siguiente ingestión. Una fruta o frutos secos en el bolso nos ayudarán a mantener una alimentación saludable, sin añadir muchas calorías a la dieta. Será un estimulante para optimizar el rendimiento laboral.
- Bebe mucha agua. Consumir agua permitirá que el cuerpo elimine toxinas. Si el organismo recibe la cantidad de agua necesaria cada día, reforzará el sistema inmunológica y estaremos más prevenidos ante enfermedades comunes como la gripe y hasta las más complejas, como problemas renales.
Como vemos, la alimentación cumple un papel importante que repercute en la realización de nuestras tareas diarias. Si seguimos una dieta saludable, estaremos con mucha más energía cada día y ello se verá reflejado también en nuestro desempeño laboral. No olvidemos que una persona saludable es más productiva y ofrece mejores resultados.