La industria cosmética es uno de los sectores de mayor crecimiento anual en economía a nivel mundial. La tendencia por mejorar la apariencia física para alcanzar ciertos cánones de belleza crea una necesidad de consumo que motiva a diversas compañías en la producción de nuevos artículos, obteniendo grandes ventas en el mercado, especialmente en el sector femenino.
Desde el punto de vista comercial, es una industria que genera beneficios en distintos aspectos, ya que estos productos afectan a los laboratorios, perfumerías, supermercados, consejeros de belleza y profesionales de salud, lo cual origina mayor empleo y productividad. En algunos países, se destaca la comercialización de los cosméticos y siempre reportan tasas de crecimiento relevantes.
En México, la industria cosmética tiene gran demanda, pues de acuerdo con datos obtenidos a través del Estudio de consumo y uso de cosméticos, el 79.2 % de las personas utiliza algún producto para el cuidado de la piel. Según la Cámara Nacional de la Industria de los Cosméticos (CANIPEC), el consumidor mexicano gasta en promedio cerca de 90 dólares anualmente en productos cosméticos y de cuidado personal. La mayor participación proviene del sector femenino por la popularidad de los blogs y videos de belleza.
Asimismo, los consumidores masculinos han cambiado su visión debido a que actualmente se sienten más cómodos invirtiendo en productos de aseo personal. Los especialistas de la industria cosmética mencionan que la visión del consumidor promedio ha cambiado notablemente, debido a que ha pasado de usar solo un artículo para el cuidado del cabello en su rutina diaria, a no menos de tres.
No obstante, Luciana Monzón, portavoz de STYLEBOOK, señala que las exigencias de los usuarios mexicanos también incrementaron. “Actualmente, el consumidor se preocupa por utilizar productos que no solo mejore su apariencia física, sino que estén fabricados por ingredientes que se alejen de los elementos químicos. Por ello, los cosméticos naturales tienen gran popularidad, porque tienen componentes no agresivos con la piel, evitando riesgos de alergias. Además, son artículos que protegen el medio ambiente y no son testeados en animales”, declara.
Por esta razón, en México las compañías están creando más alternativas para abarcar todo tipo de público y que se adapten a sus requerimientos, lo cual ha convertido al mercado mexicano como el segundo más importante en Latinoamérica, respecto al rubro cosmético. Donde las principales marcas consumidas en el país son MAC Cosmetics, L’Oréal, Maybelline, Mary Kay, Revlon, Clinique y Lancome, reconocidas a nivel mundial.
Esto se debe a que México tiene acuerdos de libre comercio que abarcan 46 naciones, por ello el consumidor mexicano no solo tiene alternativas de marcas estadounidenses, sino también marcas europeas, sudamericanas y recientemente asiáticas. Lo cual se convierte en un mercado maduro, con oportunidades de compra en otros productos de belleza que se fabrican localmente.
Los productos cosméticos se realizan siguiendo una fórmula que intervienen cuatros componentes: principio activo, excipiente, aditivos y correctores. Siguiendo esto, se crean artículos para cualquier área de aplicación como cremas o lociones, tratamientos para ocultar imperfecciones en la piel, productos para las uñas, entre otros.
Las empresas encargadas en la elaboración de productos cosméticos deben estar autorizadas y seguir algunas fases de control como el desarrollo galénico, encargado de los estudios previos a la formulación del artículo, es decir, la producción piloto del producto.
Posteriormente, la fabricación y el control de calidad, que consta en una fiscalización física, químico y microbiológico del producto, así como su eficiencia y seguridad. Solo cuando el producto es seguro y fue testado, podrá llegar al mercado de los consumidores finales para su comercialización.