En el ámbito de la gestión de pequeñas y medianas empresas (PYME), la perspicacia financiera es un ingrediente esencial para lograr el éxito operativo. Un componente básico de la gestión financiera consiste en llevar a cabo una auditoría financiera exhaustiva y completa, que implica un arduo examen de los registros financieros de una empresa por parte de un auditor externo independiente.
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Auditoria Financiera
La auditoría financiera trata de garantizar que los registros financieros de la empresa son precisos y completos, cumplen las normas contables pertinentes y descubren posibles errores contables, omisiones o actividades fraudulentas que podrían poner en peligro la salud financiera de la empresa.
Sin embargo, la auditoría financiera no es el único ámbito que preocupa a los propietarios y gerentes de PYME. También deben estar atentos a los diversos tipos de riesgos financieros que pueden suponer una amenaza significativa para sus operaciones. Estos riesgos incluyen el riesgo de crédito, el riesgo de mercado, el riesgo de liquidez y el riesgo operativo.
Riesgo de crédito
El riesgo de crédito se refiere a la posibilidad de que los clientes no paguen sus deudas, lo que puede dar lugar a importantes pérdidas de ingresos. El riesgo de mercado, por su parte, implica la posibilidad de que los activos o inversiones disminuyan de valor debido a las condiciones del mercado. El riesgo de liquidez es el peligro de no disponer de suficiente efectivo o activos líquidos para hacer frente a las obligaciones financieras, mientras que el riesgo operativo se refiere a la probabilidad de pérdidas derivadas de fallos operativos internos.
La gestión eficaz de los riesgos financieros requiere la aplicación de estrategias sólidas de gestión de riesgos que puedan mitigar las pérdidas potenciales y mejorar la salud financiera de la PYME. Estas estrategias pueden incluir la diversificación de las inversiones, la aplicación de medidas de control del crédito y la garantía de que la empresa dispone de suficientes reservas de efectivo para hacer frente a sus obligaciones financieras.
El EBIT
El EBIT (beneficios antes de intereses e impuestos) es otra métrica financiera crucial que los propietarios y gerentes de PYME deben conocer. El EBIT es una medida de la rentabilidad operativa de una empresa, que se calcula restando los gastos de explotación de los ingresos. Mediante un seguimiento regular del EBIT, los directivos de las empresas pueden identificar ineficiencias o áreas en las que se pueden reducir costes para aumentar la rentabilidad. En consecuencia, el aumento del EBIT podría implicar la aplicación de medidas de reducción de costes, el aumento de los ingresos o una combinación de ambas.
Los ratios financieros son un conjunto esencial de indicadores que pueden ayudar a los propietarios y gerentes de PYME a calibrar la salud financiera general de su empresa. Estos ratios incluyen el ratio deuda-capital, el ratio corriente y el ratio de rendimiento de la inversión (ROI).
Ratio de endeudamiento
El ratio de endeudamiento mide la deuda de la empresa en relación con los fondos propios, ofreciendo información sobre el nivel de riesgo financiero asociado a la empresa. El ratio corriente evalúa la capacidad de la empresa para pagar sus deudas a corto plazo y determina la liquidez. Por su parte, el ratio de rentabilidad mide el rendimiento de la inversión realizada en la empresa y puede servir para tomar decisiones sobre cómo mejorar la rentabilidad.
Mediante el seguimiento de estos ratios financieros, los propietarios y gerentes de PYME pueden identificar áreas de bajo rendimiento y tomar decisiones basadas en datos que mejoren la salud financiera general de la empresa y su rentabilidad a largo plazo. En resumen, para gestionar con éxito una PYME es fundamental conocer a fondo las estrategias, los parámetros y los riesgos de la gestión financiera.